Las Joyas en la Prehistoria
¿Sabías que antes del lenguaje, ya existían las joyas?
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha sentido la necesidad innata de adornar su cuerpo. Las primeras joyas primitivas encontradas datan de la Edad de Piedra y estaban hechas de conchas de moluscos, y no solo eran expresiones de creatividad y habilidad artesanal, sino también símbolos de identidad y cultura.
Se cree que en un comienzo nuestros ancestros cavernícolas utilizaban estos adornos con un fin más funcional, como sujetar prendas de vestir, pero con el tiempo evolucionaron hacia objetos de ornamentación estética y símbolos, como comunicar su estatus social, trofeos de caza, incluso como amuletos para protegerse de fuerzas sobrenaturales. Así comenzó una tradición milenaria que fue evolucionando y que significó una de las primeras distinciones entre el hombre y los animales.
Durante este periodo las joyas se fabricaban con materiales naturales fácilmente accesibles, como dientes de animales, huesos, conchas de diversos tipos, piedras talladas o madera. Cada pieza tenía un propósito más allá de su apariencia; eran portadoras de historias ancestrales y creencias profundamente arraigadas. Desde entonces, las joyas han evolucionado junto con la humanidad, transformándose en manifestaciones de estilo personal, belleza y poder simbólico que perduran hasta nuestros días.
Este legado milenario nos recuerda que las joyas no son simples adornos, sino testimonios tangibles de la historia humana, capturando la imaginación y el corazón a lo largo de generaciones.


