La primera vez que Sofía Herrera (37) subió el Plomo fue en marzo del 2021. Lo decidió 3 semanas antes, aunque ya se lo había propuesto como como su primer gran desafío desde que empezó a subir cerros en 2014. “Fueron mis primeros 5.000 mt, que es una barrera de altura que quería superar. Fue una experiencia espectacular, muy intensa mental y físicamente porque tienes que poner cada célula de tu cuerpo a disposición de la aventura”, recuerda. 

Todavía se emociona recordando el día que llegó a la cumbre. “Me acuerdo de esa sensación y se me paran los pelos. Lloré a mares de emoción. Me dolía TODO, pero fue lo máximo. El camino fue maravilloso, uno y la tierra, y la vida ahí; el corazón latiendo fuerte. Insuperable. Y qué decir del grupo, tu cordada es todo. Me uní a un grupo sin conocer a nadie y el Plomo me regaló amigos hasta el día de hoy”.

Se sintió tan bien, tan fuerte, tan orgullosa de sí misma, que decidió tener algo que le recordara todos los días que puede lograr todo lo que se proponga. “Por eso me compré un anillo, para acordarme que mi fortaleza interior es lo mejor de mí”

Lo eligió de platino, con un zafiro, su piedra favorita porque es del color del mar, su otro gran amor. “La nieve es agua de la montaña que llega al mar, entonces todo queda conectado. Es mi amuleto, cuando lo veo siento un tremendo orgullo y confianza en mí misma. Si tengo pena o siento que no voy a lograr algo, lo miro y digo: “no, tú lo puedes todo, la fuerza de tu corazón es poderosa, vamos adelante”.